En Berlín, a fines de los ’90, un grupo de punks chilenos
quiso extender la estadía europea tocando en la calle, por monedas. Y lo que
salía en esas presentaciones callejeras no era rock: eran cumbias, guarachas,
las músicas de la infancia, toda esa celebración aplastada por la dictadura de
Pinochet. De vuelta a Chile formaron Chico Trujillo, que debutó en 2001 y desde
entonces se convirtió en la banda pionera de lo que hoy es la escena de la
nueva cumbia rock chilena, que con su recuperación de viejas canciones
gloriosas y la incorporación de propias y nuevas, están haciendo bailar al
continente, de a poco, un paso por vez.
Por Micaela Ortelli

Desde 1991, Macha, de 43 años, lidera La Floripondio, grupo
punk rock en lírica y espíritu, y mucho más en sonido, que suma ska, reggae y
latinoamericana. Oriunda de Villa Alemana, una ciudad de la región de
Valparaíso, la banda solía frecuentar los pocos antros culturales que existían
en la época y los que surgían pasada la dictadura de Pinochet. En 1998 La
Floripondio había lanzado tres discos y andaba entre las más estables del
circuito under, lo que es decir el no rentable. Cuenta la historia que en ese
momento un músico amigo radicado en Alemania les sugirió ir de gira por allá. Y
allá fueron. Tocaron en Berlín, Hamburgo y Amsterdam, y otra vez en Berlín,
todas las noches que fuera posible, en el Café Zapata, el famoso galpón okupa
devenido centro cultural.
Para alargar la estadía, Macha y Tuto (Víctor Vargas), su
amigo de la infancia y bajista de la banda, empezaron a tocar por monedas en la
calle; nada ensayado: improvisaban, hacían lo que les salía naturalmente. Y
ellos mismos se sorprendían de que no fuera rock sino cumbias, mambos y
boleros, canciones de Los Viking 5, Giolito y su Combo o La Sonora Palacios; la
música de su niñez, la de las fiestas familiares, ésas que se definen en dos
palabras: alcohol y baile. A los alemanes les encantaba el repertorio
callejero, y Macha, entonces, tuvo una idea: rescatar la cultura pachanguera y
celebratoria de su país, oxidada tras casi dos décadas de opresión.
Al regreso, Macha y Tuto, junto con Juan Gronemeyer,
baterista y percusionista de La Floripondio, desempolvaron vinilos y crearon
sus propias versiones de clásicos como “El Galeón Español”, del compatriota y
entrañable Tommy Rey, o “Daniela”, de los colombianos Los Hispanos. Al tiempo,
componían sus primeras cumbias y guarachas y delineaban a ese personaje pícaro
y trasnochado que había asomado mientras miraban a su país desde Europa: Chico
Trujillo –Chico es el apodo más común en Chile, y Trujillo es un apellido bien
latinoamericano– se bautizó al nuevo proyecto, una orquesta de nueve
integrantes que en 2001 lanzó su disco debut, Arriba las Nalgas.
En realidad el álbum se llamó Chico Trujillo y la Señora
Imaginación, pero se lo conoce mejor por su nombre europeo, porque desde
entonces el grupo gira por Europa todos los años, con estadías que se extienden
hasta seis meses. Entre Chile y Berlín, un segundo hogar a esta altura, Chico
Trujillo grabó su segundo disco, Cumbia Chilombiana (2006), con una versión
prácticamente instrumental de “La pollera amarilla”, que no es tucumana sino
venezolana, y un cover sacado de “La escoba”, del colombiano Checo Acosta. Le
siguió Plato único bailable (2009), en el que Macha muestra grandes dotes de
compositor y cantor romántico, con el desgarrado baladón “Sin excusas” y la
gran cumbia de desamor “Loca”.
El año pasado, después del lanzamiento de su último trabajo,
Gran Pecador, Chico Trujillo fue convocada por la BBC para su ciclo dedicado a
la música latinoamericana Latin Beats. Ahí, cuatro de los nueve interpretan
“Caliéntame la sopa con un hueso”, una alegre oda a la niñez y la vida sencilla
y austera. “La reina del baile en Sudamérica es la cumbia”, dice Macha y arriesga
por qué la propuesta tiene tanta aceptación en Europa: “Tiene un pulso muy
simplecito, por eso pega en lugares donde la gente no es muy buena bailando,
porque cada uno baila como quiere”. Macha reconoce que Chico Trujillo es parte
de una serie de bandas que “recuperan el ambiente de celebración” en Chile; lo
que no dice es que en esto fue pionera. Hoy a la escena se la llama nueva
cumbia rock chilena, y otros exponentes son Juana Fe, La Mano Ajena o Banda
Conmoción.
Este año, por primera vez en mucho tiempo, Chico Trujillo
está pensando en no viajar a Europa y girar por Latinoamérica, donde
llamativamente todavía se los conoce poco. En principio, la banda visitará por
segunda vez Argentina y abrirá la cuarta edición de El Vecinal, el festival que
organiza Kevin Johansen “para presentar a los artistas que están haciendo
bailar y sentir, renovando la música del continente”. Se dice de Macha que es
el mejor frontman de Chile, y de Chico Trujillo, que en vivo es explosiva, que
hace bailar todas las penas.
Extraído de Página 12 en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-8645-2013-03-03.html
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